lunes, 30 de enero de 2017

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Dolor... 

Es eso que se siente, cuando una persona se expresa de la manera incorrecta y luego va la otra y se lo toma personal.

Eso puede incluso hacer decaer tanto en ese dolor, que si se descuida se muere... muere el espíritu, el alma, y las ganas de seguir adelante, es fácil lograr eso cuando se tiene un enorme EGO.

Como seres humanos somos destructibles. Destruimos el planeta donde vivimos, a los animales que nos dan alegrías, inclusive a nuestros propios hijos... Esos por los que decimos que moriríamos si algo les llegase a suceder, cuando en realidad ni siquiera vemos como están tan jodidos por dentro, como les hemos dañado ese espíritu de luchar por sus sueños.

Que dolor, ay que dolor.. Debería haber un botón especial para apagar ese dolor, ¡Ah, claro! si lo hay, se hacen llamar analgésicos, antidepresivos, sexo sin sentido, comida, alcohol, entre otras. ¿Qué fácil, no? Sólo con apretar ese botón ¡pff! todo se esfuma, se acaba, se va... Ah, ya.. pero,  ¿a dónde se va? ¿Se va con... los sentimientos?, o... ¿Se va con el psiquismo? ¿Y la estabilidad emocional? ¿dónde se queda?.

Se queda ahí, en el corazón, sobrecargándose más y más. ¡Ay! ¿por qué duele tanto la espalda? ¿Serán las responsabilidades? ¿Serán los estudios? ¿Las ganas de volar? o... ¿Será el AMOR?.

Hay que saber tomar decisiones o decir las cosas de las maneras correctas, sin hacerle daño al otro, entendernos como especie, o al menos intentar comprender el daño que podemos provocar en otra persona con una simple palabra... Dejar de vivir de los apegos emocionales y familiares, de lo que dicen que deberías hacer, decir o trabajar.

¿Quiénes somos en realidad?.

Somos un dibujo en blanco, y decidimos de que color pintar ese dibujo, hacia donde hacerlo, y a quienes pintar a nuestro alrededor, si nos gustaría pintarnos con miedos, mentiras, o amor; es nuestra decisión y de nadie más.

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